9 de abril de 2018

ERMITA DE SAN SEBASTIÁN


La Ermita de San Sebastián fue edificada en 1.679, con las limosnas y donativos de los paduleños, que fueron los que sufragaron las obras como muestra de agradecimiento a su patrón por haberles librado de la plaga de "peste" que asoló la comarca del Valle de Lecrín y de la que El Padul se libró.
El patrón del pueblo San Sebastián fue nombrado así por D. Juan de Austria a. mediados del s.XVI.
El estilo arquitectónico de esta ermita es una mezcla del mudéjar y el barroco. La estructura del templo es sencilla, su planta es rectangular y consta de una sola nave, el Altar Mayor muestra un retablo del S. XVIII de estilo barroco tardío y estructurado en dos cuerpos. En el piso inferior se encuentra la imagen de San Sebastián y en el superior la de la Virgen de las Angustias, los dos patrones de este pueblo. La ermita tiene una entrada principal, enmarcada por un arco de medio punto y precedida por una cruz de piedra.


Cada 19 y 20 de enero la población de Padul celebra el día de su patrón San Sebastián. La tradición consiste en ir a los cerros y montes colindantes para recoger leña y con ella hacer hogueras en varios puntos del pueblo preparados para ello.
Según cuenta la leyenda, a la persona que no recogiera leña le podían salir las viruelas. En la noche del 19 de enero, la imagen del patrón San Sebastián, junto a la imagen de la Virgen de los Remedios, es transportada desde la Ermita a la Iglesia Santa María la Mayor.
A las 21.00h la puerta de la Ermita se repleta de paduleños y paduleñas que asisten a este lugar para dar salida a su patrón y cantar el himno de San Sebastián. El himno dice así:

Como soldados de Cristo
lucharemos por la, paz;
y tú serás nuestro jefe
glorioso San Sebastián.
En tu martirio hay ejemplo
de fe, de amor y humildad.
En Padul los corazones
en tus filas morirán.
En tus filas, En tus filas,
En tus filas morirán.
No quisiste gozar en la tierra,
ni en festines del mundo brillar.
Dedicaste tu vida de apóstol,
mostrando al hereje la luz del altar.
Si la hoguera de amor de tu pecho
en el mío consigue abrazar
al martirio iré satisfecho
y contigo de Dios a gozar
y contigo de Dios a gozar.
Como soldados de Cristo
...


Esta música fue compuesta en el primer tercio del. S. XX por el vecino de esta villa D. Joaquín Diego Martín y su letra nació de la pluma de D. Antonio García Molina

El día 20, ya desde la Iglesia, y por la mañana, de nuevo el Santo recorre Padul, junto a las lumbres y entre explosiones de escopetas y cohetes. Tan solo el año 1.935 se celebró esta procesión por la tarde pues, entre los clérigos, no había, acuerdo sobre quién debía predicar el sermón. Tras el almuerzo y consenso fue D. Benjamín González el elegido.

Todos estos festejos comentados eran costeados por las arcas de nuestro Ayuntamiento, excepto en los años de la República en que los sufragaron los propios feligreses. En el año 1.940 se volvió a la antigua costumbre.

Esta Ermita estaba comunicada con la casa del ermitaño, que poseía además un huerto y pedazo de tierra que donó al Ayuntamiento en escritura pública el 12 de diciembre de 1776 a favor de dicha Ermita y su culto. El ermitaño vivía sostenido por su trabajo en el huerto y las limosnas de los paduleños, sobre todo en tiempos de recolección.


Este ermitaño y los capellanes para el culto religioso eran nombrados por los prelados granadinos.

Corría el 25 de abril de 1.905 cuando el Ayuntamiento de Padul cede, gratuitamente, esos terrenos (unos 10 marjales) a la Congregación de las Madres Carmelitas del, Beaterio de Santa María Egipcíaca de Granada para construir un colegio.

Terminado este edificio hacia 1.909 la inversión ascendía a 283.742 pesetas. Es entonces cuando se funda, junto a la Ermita de San Sebastián, una casa filial para convento y dedicación a la Enseñanza.

Muchísimas niñas del pueblo y del Valle, recibieron su instrucción infantil. La casa se amplió y habilitó para residencia de las monjas y también este edificio cumplía la función de internado para las alumnas que residían fuera del municipio de Padul.

Actualmente vemos una remodelación que hizo el primer gobierno democrático paduleño en los años 70 aproximadamente, adaptando las instalaciones para acoger a los niños de preescolar de nuestro pueblo.

La parte del convento, adosado a la Ermita por la izquierda, fue derribada por encontrarse en ruinas. Se conservó el aulario con sus pasillos de columnas, y ahí han recibido, en sus seis clases, la educación preescolar los alumnos de 4 y 5 años durante muchos años.

Ahora ha quedado para uso de la Parroquia, con el fin de impartir catequesis y otras reuniones. Este patio que vemos era parte de los marjales cedidos por el Ayuntamiento para sostenimiento del culto de la Ermita, y alimentación del ermitaño.



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